Quizás entrenando o corriendo una carrera popular has tenido oportunidad de ver a algún deportista corriendo hacia atrás. No pienses que está loco o que está cumpliendo alguna promesa, porque aunque cueste creerlo correr hacia atrás es también un método de entrenamiento. Curioso, sí, pero también muy efectivo, ya que aporta innumerables beneficios para el cuerpo y la mente.
Beneficios del retrorunning
Mayor esfuerzo físico
Debido sobretodo a que se activan una serie determinadas de músculos que normalmente cuando se corre se emplean poco, motivo por el cual es más común que al practicar el retrorunning nos sintamos cansados más pronto.
Se queman más calorías
Si bien es cierto que correr a ritmo normal durante 30 minutos tendemos a quemar unas 400 calorías, y si lo hacemos a ritmo rápido unas 650 calorías, si practicamos el retrorunning tendemos a quemar muchas más, precisamente por el esfuerzo que realizamos.
En este sentido, muchos especialistas consideran que se quema algo menos del doble de las calorías que quemamos en una carrera normal.
Estimula el cerebro
Dado que para no correr riesgos es importante memorizar y aprender tanto los recorridos como los accidentes del terreno observando determinados puntos de referencia, tendemos a estimular más el cerebro, la concentración y además desarrollamos capacidades de adaptación, potenciando la autopercepción corporal, ya que para correr hacia atrás es fundamental tener una buena percepción de nuestro propio cuerpo.
¿Qué calzado es el más recomendado?
Se aconseja utilizar el mismo calzado que utilizas habitualmente para correr: zapatillas de footing adecuadas que sujeten correctamente tanto el pie como el tobillo.
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