Tonificar después de adelgazar te permitirá evitar que determinadas partes de tu cuerpo presenten un aspecto flácido una vez que has eliminado esos kilos de más, algo que suele ocurrir cuando pierdes mucho peso debido a una dieta o una enfermedad y no realizas el suficiente ejercicio físico. Para ayudarte a combatir estos efectos del adelgazamiento rápido e intenso, te explicamos cómo tonificar después de adelgazar.
EJERCICIOS PASO A PASO
Cuello y mentón: con un poco de entrenamiento localizado puedes eliminar esa desagradable apariencia de doble papada que surge cuando se bajan muchos kilos y la piel parece que sobrara.
Párate derecha con los brazos estirados a los costados del cuerpo; inclina la cabeza hacia atrás, hasta que quedes con la vista en el techo. Trata de no tensar el cuello. Abre la boca y ciérrala, tratando de unir los dientes. Haz 5-10 repeticiones por día para obtener excelentes resultados.
Brazos: es común que al bajar de peso, la cara posterior de los brazos quede fláccida.
Para tonificarla, debes sentarte con la espalda derecha; toma una mancuerna en cada mano y eleva los brazos rectos hacia delante, con las palmas hacia dentro. Lentamente, dobla los antebrazos hacia ti, a 90°, logrando que las mancuernas estén cerca de tus orejas. Sostén la posición entre 5 y 10 segundos antes de bajar los brazos. Haz 10-12 repeticiones diariamente.
Abdominales: si quieres tener el vientre plano después de haber hecho dieta, acuéstate boca arriba con las rodillas elevadas a 90°; coloca las manos en la nuca y sin tensar el cuello, eleva la cabeza del suelo y lentamente vuelve a la posición inicial. Debes mantener la posición 5 segundos antes de quedar acostada otra vez. Haz 10-20 repeticiones todos los días.
Piernas: comúnmente los muslos sufren las consecuencias de la pérdida de peso. Para que se vean lisos y firmes, recuéstate sobre el costado izquierdo con la pierna izquierda bien estirada; la derecha debe estar doblada a 90° enfrente de la otra. Apóyate en un codo; manteniendo la pierna izquierda recta, elévala lentamente hasta que sientas tensión en el muslo. Sostén la posición 5 segundos y vuelve al piso. Repite 10 veces y haz lo mismo del otro lado.
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